- Y brindamos por el reencuentro de toda la barra de
Los vasos de cerveza chocaron. Myriam, Lourdes, Fabiola y Vanesa habían cursado juntas
Vanesa miró distraídamente hacia la puerta...justo cuando Mirta y Eugenia entraban. Las miradas de ambas mujeres se encontraron y por largos segundos se vieron.
- Eh...¿qué pasa? preguntó Mirta.
- Nada...
- Te quedaste viendo hacia aquella mesa....son muy grandes para nosotras, dejate de joder....la mas joven debe estar en los 35 cuando menos.
- Sí, creo que tienes razón...son muy grandes, me distraje un momento. Vamos a la barra a tomar algo.
Vanesa miraba ahora a Mirta....muy alta, delgadita, con el cabello corto y negro, y unos ojos extrañamente azules para la tez tan morena....y de la misma edad que Eugenia. Usaba una ropa algo grande para su cuerpo...una onda tipo skater femenina.
- "Esa es la mujer que tiene que estar con Eugenia...no yo".
- Eyyyyyy...¿mas cerveza? - preguntó Fabiola, rellenando el vaso de Vanesa antes que respondiera.
- Me vas a emborrachar.
- A ver si despiertas y no pierdes oportunidades...vaya mirada te echó la pelirroja al entrar....parece que estas ligando lindo con las pendejas.
- Ajá.
- Vaya...te pusiste lacónica...si es para matarte. Me gustaría saber en que momento perdiste la capacidad de divertirte...creo que después de casarte.
- Vamos a bailar, así se te pasa el laconismo. dijo Lina, tomando la mano de Vanesa por sobre la mesa...gesto que no pasó inadvertido para Eugenia, que se mordió levemente el labio inferior.
- No tengo ganas.
- Vamos...no voy a apretarte...te lo prometo dijo Lina. No perdía oportunidad de coquetear con Vanesa...sabía que nunca lograría nada, pero no perdía oportunidad. Era un Omar en versión femenina, no perdía oportunidad de lanzar sus redes a ver si algo sucedía Vanesa se puso en pie y la siguió hasta la pista, bailando el tema de los Bee Gees con Lina.
Eugenia dejó la cerveza y tiró del brazo de Mirta hacia la pista...su amiga la miró sorprendida.
- Vamos....no quiero perder este tema.
- Pero recién llegamos....
- Ya sé....este tema solamente.
Se ubicó muy cerca de Vanesa en la pista. Lina se portaba muy amigable con Vanesa..demasiado...tanto que Vanesa comenzó a sentirse molesta. La música cambio a un ritmo que se tenía que bailar mas juntas, y Lina enlazó la cintura de Vanesa.
- Che...para un poco....
- Dale, no seas tan formal...es solo un baile, no te voy a violar.
Eugenia estaba tan concentrada vigilando a Vanesa, que Mirta le dio unos golpecitos en la mejilla.
- Yo me voy a tomar mi cerveza..vos ni bailas ni me dejas mirar a ver si tengo oportunidad de conocer a alguien...y si me quedo bailando junto contigo, pensaran que tenemos algo y ni miras de nada.
- Anda, anda tranquila....
- ¿Qué te pasa hoy?...estas embobada con esa rubia desde que llegamos...ahora se te dio por la tercera edad, que no se diga.
Vanesa aguantó hasta el final del tema para irse de nuevo a la mesa, prácticamente escapando de los brazos de Lina, que la siguió con una sonrisa divertida. Tomó la cartera y le dijo a Fabiola.
- Voy al baño, regreso en un momento.
- Esta bien...nosotras vamos a tomar otra cervecita mientras te esperamos.
Entró al baño sintiéndose un poco ahogada...las cervezas le estaban haciendo efecto a Lina, y su asedio que podía ser divertido estaba siendo mas acentuado, resultándole molesto. Y era demasiado temprano para irse de su propio festejo de cumpleaños. No se volvió cuando la puerta se abrió...sí lo hizo cuando la voz que tan bien conocía preguntó en tono enojado:
- ¿Huelo a ajo, tengo pulgas, soy desagradable de alguna forma o cual es el problema?.
Se volvió y vio a Eugenia...con esa ropa negra que tan bien le sentaba, cruzada de brazos y de espaldas a la puerta, de tal modo que a otra persona le sería difícil entrar e interrumpirlas.
- ¿De qué hablas?.
- Pensé que no eras gay...pensé que eras una hetero que cometía deslices...pero verte aquí y con ese grupo no me deja dudas. Al menos dos de esas que están contigo frecuentan mucho este lugar. Dime que me equivoco y que no sos gay y me reiré hasta el milenio que viene.
- No te equivocas...soy lesbiana...desde que salí de la adolescencia respondió Vanesa, resolviendo ser valiente...una mujer con 36 años tenía que poder ser asumida en algunos momentos de su vida. Había cometido ya dos errores con Eugenia, no quería seguir cometiendo más.
- ¿Entonces...cuál es el problema conmigo?.
- Me das miedo Eugenia.
Eugenia se desarmó ante esa respuesta....estaba realmente enojada cuando siguió a Vanesa hasta el baño. Sentía que nuevamente una mujer le estaba tomando el pelo....pero no esperaba esa respuesta. De nuevo se sintió enternecida, y aunque trató de mantener su seriedad, su tono era mucho mas suave al preguntar:
- ¿Miedo?.
- ¿Te das cuenta de lo joven que sos chiquita?.
- Tengo 23 años.
- Y yo 36...son demasiados mas.
- ¿Pero....te gusto?.
- No solo me gustas...me encantas....
Eugenia seguía sin entender cual era el problema de Vanesa. Se acercó un poco mas, y tras asegurarse con una mirada en derredor que estaban solas en el baño, le acarició el cabello con ternura.
- ¿Y entonces?.
- ¿No comprendes?....es la edad...las historias que hemos vivido....somos tan diferentes.
- No me importa la edad...desde que te vi por primera vez no pensé en la edad...sino en como me impresionaste.
- También me impresionaste bien...pero....
- Abandona esos peros. Me echas de tu lado sin darme siquiera una oportunidad de probarte que podemos mantener una relación...no me desilusiones de esa manera Vanesa.
- ¿Y qué propones entonces?
- Un día para nosotras, para intentarlo...
- No comprendo
- Un día para nosotras...sin amigas, ni miedos...solo para conocernos...sin pensar en mis 23 años ni en tus 36. Una cita de dos mujeres lesbianas que se han gustado y quieren ver que onda entre ellas.
Le gustó mucho la idea a Vanesa....recordó esa casita en la playa que ya casi nunca usaba...era invierno ahora, era verdad...pero tenía la casita una hermosa estufa a leña. Le fascinó la idea de pasar un tiempo allá con Eugenia....no era exactamente una cita...era una locura. ¿Sería Eugenia capaz de seguirla en esa locura?.
- ¿Adonde?.
- ¿Confías en mí?.
- Claro...
- Espérame afuera del Café, cerca de mi auto...se me ha ocurrido una idea maravillosa...loca pero maravillosa.
Vanesa llamó a los caseros de la casa de playa...todo estaba en orden para que fuera esa misma noche...bueno, era lo esperado, habían servido a Giancarlo durante largo tiempo y ahora ella les pagaba por mantener todo impecable, hasta la heladera llena de comida por si se le ocurría ir el fin de semana. Jamás habían fallado en su cometido, pero como llevaba tanto tiempo sin ir no quería una sorpresa desagradable al llegar.
Salió del baño con una sonrisa pícara y fue hasta la mesa donde sus amigas estaban reunidas.
- Me voy chicas...no me siento muy bien.
- Por favor...no puedo creerlo, que poco aguante a la bebida....
- Culpa de ustedes por darme tanta cerveza....ciaooo, niñas...
- Chau...nosotras vamos a seguir brindando por vos.
Fue un alivio que ofrecieran tan poca resistencia a su partida...agradeció a la cerveza por eso. Se encontró con Eugenia junto al auto y sonrió. Se acercó y le dio ella un rápido beso en los labios...tan rápido que pasaba inadvertido para cualquiera, menos para Eugenia que sintió que se le aflojaban las piernas con solo ese roce de labios.
- Tengo una casa en la playa...vamos a pasar el fin de semana allá...¿aceptas?...dos días para estar solas, sin interferencias...tengo ganas de ser feliz Eugenia...de conocerte, y de que me conozcas.
- Estás loca.
- Sí...¿te asusta?.
- No...me encanta...esta es
- Vamos a buscar un poco de ropa a tu casa....después pasamos por la mía y seguimos viaje...no esta muy lejos de la ciudad....te gustará.
- Cualquier lugar me gustará si puedo estar contigo murmuró Eugenia, sintiendo realmente lo que decía.
Primero fueron a casa de Eugenia. Práctica en preparar bolsos, en poquito rato estaba de regreso en el auto, cambiada de ropa usando sus habituales jeans y camperas y con un bolso con lo necesario. Vanesa tardó algo mas en su casa...hacía tanto que no salía de la ciudad que no terminaba de decidir que llevar.
Dos horas después entraban a la casita de playa...llegaron justo antes que comenzara a lloviznar. Aquello parecía planeado, porque a Vanesa le encantaba sentir el ruido del mar y el de la lluvia. Tuvieron que correr hasta la casa con los bolsos y aún así se mojaron bastante.
La casita no era muy grande, pero tenía una vista directa de la playa desde el enorme ventanal del living, donde estaba ubicada la estufa a leña. Eugenia se fascinó al ver la estufa.
- ¿Puedo encenderla?-
- Claro, me gustaría mucho...voy a cambiarme, sino esta ropa mojada me hará resfriar.
- No, por favor....ni se te ocurra resfriarte.
Vanesa sonrió y acarició el rostro de Eugenia. Mientras Vanesa se cambiaba, Eugenia encendió el fuego en la estufa...miró alrededor y descubrió dos lámparas, las encendió y apagó la luz del techo...el ambiente con menos luz y la luz de las llamas era muy especial, cálido y acogedor.
Vanesa regreso vistiendo un pijama de seda negra...los ojos de Eugenia se oscurecieron al verla...caramba, que sensual estaba...se acercó y pudo oler el perfume...hmmm, que delicia. Estiró las manos para acariciar el cabello de Vanesa.
- Te ves linda.
- Gracias...creo que deberías cambiarte tú también...estas toda mojada.
Eugenia no supo si era una insinuación, o una recomendación...asintió y fue hasta el cuarto donde Vanesa había puesto los bolsos. Vio la enorme cama de dos plazas y deseo poder estar allí con Vanesa...sentir su piel, su perfume, perderse en sus senos.
Le apenó no tener nada tan lindo como el pijama de seda de Vanesa...así que optó por algo mas bien cómico. Se quitó la ropa mojada y se puso una enorme remera blanca que tenía a Piolín reproducido en el frente...y nada mas debajo.
Cuando regresó al living Vanesa había servido vino blanco en dos elegantes copas y encendido un incienso...y puesto las luces aún mas bajas. Y frente a la estufa había una enorme colchoneta cubierta con una manta que ella no había visto antes....caramba con la madurita....tenía buen gusto.
Se acercó a Vanesa y esta vez fue ella quién enlazó la cintura de Eugenia y la besó. Un beso pequeño y rápido....luego Eugenia entreabrió los labios, y la lengua de Vanesa comenzó a hurgar en su boca...jugueteando. Se apretaron una contra la otra, conscientes de la soledad de la casa, de lo romántico del ambiente...el sonido de las olas, la lluvia sobre el techo...la luz baja...todas las condicionantes que erotizaban altamente a Vanesa estaban dadas. A Eugenia le bastaba estar cerca de esa rubia para ponerse a tono.
- Te queda muy bien esa remera...
- Sí...no tengo nada tan elegante como tu pijama...
- Te regalaré uno si te gustan....
- Me gustaría mas ver lo que oculta el pijama respondió Eugenia, atrevida. Vanesa volvió a besarla, encantada de la mezcla de timidez y atrevimiento de Eugenia capaz de sorprenderla con esos comentarios. Las manos de la rubia bajaron por la espalda de Eugenia, hasta llegar a las nalgas y acariciarlas suavemente mientras seguía besándola. Ahí notó que la muchacha no traía ropa interior...lo que le provocó una leve sonrisa al separar los labios.
- Caramba...que fuerte llovía que hasta la ropa interior te has mojado...
- Sí....si vieras como había quedado de mojada...
Rieron cómplices. Eugenia comenzó a desabotonar el saco del pijama de seda...lentamente, disfrutando de la aparición de los senos, de un tamaño mediano, con unos pezones rosados que ya estaban erectos...deslizó el pijama hacia el suelo, Vanesa la dejó hacer porque nunca antes la habían desvestido de un modo tan suave y sensual.
Eugenia besó el cuello de Vanesa con delicadeza, recorrió el lóbulo de la oreja izquierda con la lengua, luego el de la oreja derecha, para luego bajar con pequeños besos por el cuello hasta los senos. Vanesa deslizaba los dedos por el cabello suave y rojo de Eugenia, mientas esta la excitaba con su boca, estimulando sus pezones con la lengua, lanzándoles un poco de aliento tibio para luego volver a atrapar un seno u otro con su boca y chuparlos con deliberada lentitud.
- Me estas volviendo loca chiquita...me encanta como haces esto...
- Solo déjame continuar respondió Eugenia...besó el vientre de Vanesa, recorrió el ombligo con la lengua antes de tirar hacia abajo el pantalón de seda negra...para descubrir que debajo no había nada mas que quitar. Besó el monte de Venus de Vanesa, cubierto de pelos rubios...con la nariz acaricio mas abajo, para darse cuenta que estaba totalmente depilada. Se puso de pie, tomó a Vanesa de la mano y caminaron hasta la colchoneta. Eugenia se arrodilló en ella e invitó a Vanesa a ponerse frente a ella.
- Tienes un cuerpo hermoso Vanesa Rey...muy hermoso....me gustas, me excita verte....
- Tú me tienes excitada chiquita....
- No te preocupes...me hago cargo de lo que inicio respondió Eugenia mientras acariciaba el cabello de Vanesa, antes de pasar las manos detrás de la nuca, acercar el rostro de la rubia al suyo y darle un profundo beso en los labios. Las lenguas de ambas se enzarzaron en una especie de batalla, mientras los cuerpos reaccionaban aumentando la temperatura...excitada Vanesa tiró de la camiseta blanca hacia arriba, quitándola...descubriendo el cuerpo desnudo de Eugenia, increíblemente blanco...los senos pequeños con unos pezones pequeños y morados, el vientre liso...el sexo totalmente depilado, le hizo sonreír un poco el detalle...se veía aún mas niña con ese pubis totalmente pelado. Lo acaricio con la punta de los dedos, y Eugenia sonrió.
- ¿Te gusta?.
- Pareces aún mas niña....me gusta sí.
Se tendieron en la colchoneta...Vanesa comenzó a besar los senos de Eugenia, jugando con ellos en su boca, mientras tocaba con sus manos el interior de los muslos blanquísimos intentando separarlos. Eugenia separó las piernas y el aroma dulzón de sus propios jugos invadió la habitación, mientras acariciaba la cabeza de Vanesa, que bajó hasta la altura de su vagina y puso las piernas de Eugenia sobre sus hombros, para después besar la parte interna de los muslos y darle pequeños lengüetazos también a la parte de las blanquísimas nalgas mas cercana al sexo. Vanesa separó con sus manos los labios de la vagina para llegar con su lengua a lamer de arriba abajo el sexo completamente inundado en jugos de Eugenia, que comenzó a suspirar y a moverse...la lengua inquieta de Vanesa empezó a penetrar dentro de la vagina, moviéndose rápidamente...hasta que descubrió el lugar exacto donde estaba el clítoris...que fue como un bombón para esa lengua golosa y experta. Lo beso con ternura, lo contuvo un momento entre sus labios para luego frotarlo con la lengua mientras masajeaba las nalgas de Eugenia con sus manos...la pelirroja comenzó a moverse desbocadamente y Vanesa lamía con mas fuerza, Eugenia le tomó la cara con las manos apretándola aún mas contra su sexo mientras gemía sin control...el orgasmo se desencadeno convulsionando el interior de Eugenia, agotándola...Vanesa se quedó quieta al sentir sus movimientos, y luego besó toda la zona de la vagina delicadamente, para subir por el vientre...el cuello, y besar tiernamente la frente de su joven amante.
- Sabes tan bien mi chiquita...
- Amas tan bien Vanesa....- respondió Eugenia, mientras su mano comenzaba a estimular el sexo de Vanesa frotándolo....el sexo totalmente mojado de la mujer que tanto le había hecho gozar momentos antes...no importaba el cansancio, quería hacerla sentir cuando menos la mitad de las múltiples sensaciones que había experimentado. El sexo de Vanesa respondió al estímulo y la rubia se apretó contra la mano de la pelirroja...que ya había ubicado al clítoris y lo estaba estimulando con dos dedos, rápidamente y de arriba hacia abajo. Vanesa movía sus caderas con rapidez y Eugenia supo que era la hora...detuvo su estimulación del clítoris para poder penetrar la vagina de Vanesa con dos dedos, que se deslizaron con increíble facilidad....Eugenia los rotó dentro de la cavidad, antes de comenzar un mete y saca rápido y coordinado...Vanesa gemía y ver su cara hacía que Eugenia se sintiera de nuevo excitada...comenzó a sentir en sus dedos la tensión de los músculos vaginales de Vanesa y supo que el orgasmo estaba cerca...así que apuro su trabajo, y Vanesa se vino con un pequeño quejido, inundando su mano aún mas de abundantes secreciones. Vanesa quedó tendida sobre ella, cansada.
- Vaya forma de festejar un cumpleaños murmuró apenas recuperado el aliento. Eugenia la besó suavemente.
- Si me hubieras dicho que era tu cumpleaños me habría esforzado más.
- ¿Y te quedabas sin amante en el primer encuentro?.
Rieron ambas. Enredaron las lenguas de nuevo, jugueteando. Las manos comenzaron a aletear en el cuerpo de la otra, los perfumes de ambos sexos mezclándose...Vanesa murmuró al oído de Eugenia.
- Me excitas mucho...quiero frotarme contigo...
- Me parece una idea excelente.
Como ambas eran delgadas no hubo mayores problemas...Eugenia se colocó encima, pasó una pierna por debajo del cuerpo de Vanesa...mientras acercaban sus vaginas una a la otra podían sentir el calor que emanaban...al encontrarse ambos sexos ambas sintieron una corriente eléctrica. Juntaron los labios vaginales, y al comenzar a mover las caderas, el clítoris se veía estimulado del mejor modo...en un ámbito caliente y húmedo...comenzaron a moverse con mas rapidez, empujando los clítoris, encargados de trasmitir sensaciones increíbles hasta el interior de la vagina...ambas tuvieron el orgasmo al mismo tiempo, y los jugos de una se mezclaban con los de la otra...se separaron entre jadeos. Vanesa se acostó boca arriba junto a Eugenia y se tomaron las manos...el fuego casi se apagaba, pero ambas estaban muertas de calor. Descansaron unos minutos, respirando ruidosamente...luego Eugenia se incorporó un poco, besó a Vanesa en los labios y fue a poner un tronco al fuego. Regresó junto a su amante y recorrió el cuerpo con la punta de los dedos.
El tiempo pasa rápidamente...hace dos años que este primer encuentro se produjo. Vanesa continúa dirigiendo la boutique, en tanto Eugenia ya es reconocida como una pintora joven de gran talento. No viven juntas por la reticencia de Vanesa y el riesgo que eso significaría para su negocio. Eugenia está luchando con ese miedo de Vanesa y de a poco es conocedora que logrará vencer sus reticencias...pero se consideran "casadas", tienen un lugar donde se ven todas las veces que pueden...y por supuesto sus alocados escapes a la casa de la playa, casi siempre del mismo modo en que se produjo el primer encuentro...apenas con un bolso con algunas prendas y muchos deseos de amarse.
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