Nancy suspiró por décima vez. Trabajar en ese kiosco de regalos definitivamente no era para ella...le servía el horario para poder continuar sus estudios, pero le ponía frenética. Sonrió al ver a Santiago acercarse, con su aire distraído. Le caía muy bien ese chico, era el mejor amigo que había logrado desde que se mudara a la capital hacia dos años. Pronto terminarían ambos su carrera de diseño, cosa que los tenía muy ilusionados. Y además Nancy estaba tranquila estudiando con Santiago hasta cualquier hora, dado que este era absolutamente gay y no tenía peligro de ser acosada para tener una relación de otro tipo, cosa que siempre la ponía frenética de los hombres, el que no tuvieran un mínimo sentido de la palabra amistad.
- ¿Aburrida mujer?.
- Uf, no te imaginas cuanto.
- Deberías cambiar de empleo a algo mas animado...¿te animas a ser moza en un café?.
- Pues como animarme...era lo que hacía allá en mi ciudad, en la fonda de mi tío.
- Entonces...ve a esta dirección al salir de aquí. Las horas de trabajo son menos, y el sueldo...pues creo que sea casi el mismo...solo que trabajarías en la noche. Tú piénsalo.
- Mira Santiago...acá estoy de
- Vos vas a terminar la carrera...recuerda que tienes que trabajar conmigo...¿quién mas me soportaría como socio?.
Ambos rieron. Santiago provenía de una familia medianamente acomodada, pero vivía fuera de su casa desde que les dijera a sus padres que era gay. No tenía un rechazo frontal de los suyos, pero había notado que se sentían mucho mas tranquilos si él estaba lejos de casa. Así que cuando conoció a Nancy, que estaba sola en la capital, lejos de su familia, se adoptaron mutuamente como hermanos. Y lo gracioso es que guardaban un cierto parecido ambos mas bien petisos, delgados, claro que Nancy era una chica linda con unos enormes ojos verdes, cabello semi largo lacio y color miel, una cara interesante...y la mirada...podía ser la mas dulce del mundo, como la mas dura si le buscaban guerra. Santiago tenía ojos verdes también, cabello oscuro y cara de perrito apaleado, él vivía de la generosa pensión que sus padres le daban mensualmente, en tanto Nancy trabajaba en ese kiosco de regalos del Shopping, iba a
- Bueno...entonces...dime como hago.
- Esta noche te espero a la salida y vamos hasta el Café. Allá abren de 20 p.m. a
- Esperemos que sí.
Al salir del Shopping Santiago estaba esperando. El café estaba en
Alicia era una mujer de unos cuarenta y pico de años, cabello largo negro, usaba anteojos, delgada. La otra dueña del bar era Noemí, una pelirroja muy exuberante y bonita. Santiago se ocupó de las presentaciones:
- Alicia, Noemí...ella es Nancy. Pensé que quizás podrían ponerse de acuerdo por la moza que les falta.
- Ajá...Noemí...¿es ella del ambiente?.
- No, pero no creo que haya problemas.
Nancy miraba a los tres, mientras en su mente se iba abriendo camino la idea...aquel era un bar gay. Tuvo ganas de matar a Santiago...pero luego pensó que si el sueldo era bueno, no tenía nada de malo que fuera un bar de ambiente. Al fin que mientras no se metieran con ella, todo estaba bien. ¿Acaso no era Santiago quién mas la había ayudado desde que llegara a esa ciudad?.
- Tú estas algo loco ¿eh?...traer una buga a trabajar aquí.
- Es excelente trabajadora...¿no es eso lo importante acaso?.
- Mmm...veremos. Mira muchacha...este es un bar de ambiente...si te molesta la idea, creo que ni deberías considerar el trabajo. Si no te molesta...podemos empezar a conversar.
- No me molesta, mientras me respeten no me molesta.
- Buena respuesta - dijo Alicia, sonriendo de un modo particular que Nancy aprendería a conocer como el modo en que sonreía cuando algo le agradaba. Conversaron sobre horario y sueldo, el cual era conveniente para Nancy, ya que por menos horario ganaba mas que en el kiosco, y además tenía la posibilidad de ganar propinas. El trabajo no era mucho mas cansado que el que había hecho en la fonda de su tío desde que salió de la adolescencia, así que no le pareció mal. Acordaron que empezaría el lunes, ya que así le daba tiempo de hablar con el dueño del kiosco para que consiguiera a otra persona y salir bien de aquel lugar.
La primer semana en el café fue extraña. No era un ambiente malo, a Nancy se le hacía raro trabajar allí...el bar era mas concurrido por mujeres que por chicos, pronto conoció a algunas parejas establecidas, luego estaban las que venían a buscar alguien para ligar, y las que solo venían para tomarse algo con las amigas, o las que terminaban la jornada allí. Alicia puso el punto sobre las ies a las que venían por ligue para que no se metieran con Nancy, y pronto la respetaban. Algunas veces había alguna insinuación ligera, pero Nancy apreciaba que las mujeres no fueran tan agresivas como los hombres cuando querían sugerirse. En un par de meses se sentía bien trabajando en el café, donde las otras la apreciaban aunque a veces la llamaran «buga», Alicia y Noemí eran buena patronas, se sentía bien en aquel lugar. Lo que pensaran los demás...bueno, siempre la había tenido muy sin cuidado lo que pensaran.
De todas las que concurrían al bar la que más le despertaba la curiosidad era Carla (con el tiempo te aprendes casi todos los nombres de las personas que concurren al bar donde trabajas). Carla era una mujer de unos 35 años, con cabello largo y negro, ojos azules, extrañamente azules para su piel morena, bastante alta, con una elegancia notoria, y muchas veces Nancy se preguntaba si es que ella era gay o solo le gustaba el ambiente del bar. Era muy discreta, por lo general venía los viernes, se tomaba un Martini o dos y luego se iba a casa. Algunas veces conversaba con otras mujeres en el bar, pero siempre tenía un aspecto...misterioso. Un día no pudo con su curiosidad y le preguntó a Alicia:
- ¿Carla esta siempre sola?.
- Carla...pues sí. Antes solía venir con su pareja, ahora viene siempre sola.
- ¿Qué pasó con su pareja?.
- Se casó. De pronto le dio el ataque hetero y se casó, yéndose a vivir al interior del país.
Nancy miró de nuevo a Carla. Caramba...si ella fuera gay no dejaría nunca a una mujer como esa....¿qué mas podía pedir una mujer lesbiana que tener a semejante belleza a su lado?. Alicia siguió la mirada de Nancy, mirada que supo reconocer...o a Nancy le atraía Carla, o dejaba de llamarse Alicia Mengal.
Una noche Carla buscó conversación con Nancy, de modo casual. Era jueves y el bar estaba semi vacío, quizás por ser fin de mes. Así que Carla se sentó en la barra, ya que las mesas se veían solitarias y tristes.
- Que solitario esta este lugar hoy.
- Si, esperemos que mas tarde se llene - respondió Nancy. Era la primera vez que oía la voz de Carla. Baja, en un tono dulce...le gustó...se imaginó que sería bonito dejarse envolver por esa voz. Y después se dijo que trabajar en un bar gay la estaba influenciando mal, caramba...si se estaba imaginando cosas con una mujer.
- Ya llevas un tiempo aquí...¿te has acostumbrado al ambiente?.
- Sí, no puedo quejarme, es un buen empleo.
- Pero me han dicho que tú no eres del ambiente.
- No, no lo soy...pero necesito el empleo...y creo que sería bastante discriminante que no me dejaran trabajar aquí por el hecho de no ser gay.
Carla soltó una carcajada que desconcertó a Nancy. Luego se cubrió la boca con las manos, y por primera vez Nancy vio esas chispas en los ojos azules...y le encantaron.
- Nunca me habían dado una respuesta tan acertada en la vida muchacha...vaya que sí sabes defender tus puntos de vista...¿cuantos años tienes?.
- 26 años.
- Ajá, una jovencita todavía.
- Pues tú no eres mucho mas grande que yo - respondió Nancy...dándose cuenta que estaba ¡¡coqueteando!! con Carla...no, evidentemente...el trabajar en ese bar la estaba trastornando. Fue a atender una mesa, y unos minutos después estaba de nuevo hablando con Carla, que sonriendo le respondió:
- Te llevo casi diez años mas que tú mi querida.
- No parece, es decir...no los representas.
- Estoy viejita ya, pero disimulo muy bien.
El bar comenzó a llenarse y no pudieron hablar mucho más. Carla se quedó un rato mas, marchándose temprano como siempre. Nancy sintió que su curiosidad por ella aumentaba. Así que le preguntó a Santiago si la conocía. Santiago le contó que Carla tenía una peluquería muy fina en el centro de la ciudad, la cual trabajaba con dos empleados, que le iba muy bien en ese negocio. También le comentó lo mismo que Alicia sobre su ex pareja, que la mujer se había casado yéndose a vivir al interior del país, y que desde entonces Carla no había tenido otra historia. Le preguntó a Santiago cómo era la ex de Carla...a lo cual su amigo respondió riendo:
- Caramba Nancy...si no supiera que no eres gay...juraría que esa mujer te esta gustando.
- Vamos Santiago, no seas tonto.
- Yo que tú tendría cuidado de hacer esas preguntas en el bar...pareciera que te interesa, y entonces tendrías una lista de candidatas...porque a mas de una la tienes con los dientes largos por allá.
- Mira que sos guarango.
La curiosidad de Nancy se vio satisfecha pocos días después, cuando Carla olvidó su agenda en el bar. Al cerrar encontró esa libreta de tapas azules, y la abrió no por curiosidad, sino para identificar de quién era. En la primer página estaban los datos: Carla Bonti, la dirección de la peluquería y el número de celular. Y en la solapa de cuero la foto...Carla con una mujer...mas alta aún que ella, cabello largo y rojo...no podía ver bien el color de ojos, quizás verdes...una sonrisa que no le gustó a Nancy, que ya venía predispuesta en negativo contra la ex de Carla. Aunque tuvo que reconocer que era bonita. Y que tenía un muy lindo cuerpo.
Llamó al celular de Carla, quién le agradeció el guardar la libreta hasta el día siguiente, en que ella iría al bar. Nancy le respondió que no había problemas, solo que ella llegaría mas tarde porque daban su último examen en
Ese día Nancy obtuvo su título en Diseño, al igual que Santiago al salvar con éxito el último examen. Cuando llegó al Café se preocupó al notar que estaba preparado como para un festejo...y justo ella llegando tarde. Entro muy rápido, pero Alicia la detuvo en la puerta del vestidor.
- No te pongas la casaca.
- Pero Alicia....tú sabías que hoy yo llegaría mas tarde.
- Sí, mujer...pero aquí las chicas no quieren que trabajes hoy...no todos los días recibe una un título...así que hoy es día de festejo. Noemí y yo nos bastaremos en el bar.
Se emociono un poco...mas bien que un poco, bastante. No tenía familia en la ciudad, solo a Santiago que estaba ahí con su sonrisa pícara, seguramente él les había informado a sus jefas de su exitoso examen. Muchas de las habitúes del café estaban allí y la felicitaron, alguna hasta le dio algún obsequio. Alicia y Noemí le sirvieron una cerveza que apuró, mas por sentirse extrañamente contenta que porque le gustara beber.
Carla llegó en el medio del tumulto, cuando Nancy estaba rodeada de gente que le felicitaba. Espero a que las cosas se calmaran y se acercó a ella. Se sentó en la misma mesa.
- Te felicito Nancy... imagino que estarás muy emocionada.
- Sí, lo estoy...me ha sido difícil poder mantenerme aquí en la ciudad para estudiar, pero lo he logrado...estoy muy contenta.
- Tu familia estará muy orgullosa.
- Bueno...no tengo mucha familia. Solo un tío. Le llamaré mañana, creo que le gustará saber esto.
- ¿Estas sola en la ciudad?.
- Pues sí...bueno, tengo a Santiago...toma, aquí tienes tu agenda - dijo Nancy, mientras terminaba de revolver su bolso para encontrar la agenda de Carla. Cuando Carla la tomó las manos de ambas se rozaron, y Nancy se perdió en la profunda mirada azul de Carla. El instante pareció durar una eternidad, hasta que Carla retiró su mano para guardar la agenda en su cartera.
Alicia puso otra cerveza delante de Nancy, quién la tomó casi sin respiro, mas por ocultar el nerviosismo que ese roce de manos le había producido que por otra causa. La música comenzó a sonar, al parecer las chicas estaban decididas que eso fuera un verdadero festejo. Algunas empezaron a bailar, y una vino a invitar a Carla, quién extrañamente aceptó. Nancy la vio ir hacia el lugar destinado a bailar....y una sorda rabia la invadió. Caramba, nunca antes había sentido la mordida de los celos...porque eso tenía que ser, celos, de verla con esa otra que bien sabía ella que solo venía a ligar al café. ¿Por qué diablos Carla aceptaba bailar con ella?. Santiago se acercó a invitarla a bailar y aceptó, tratando deliberadamente de quedar cerca de Marla y Carla. Marla se acercaba mucho más de lo necesario a Carla, y estaba usando sus artes de seducción que Nancy le había visto desplegar tantas veces antes....no podía creer que Carla estuviera cayendo en un juego tan obvio. Se deshizo de Santiago y se acercó a ellas. Toco el hombro de Carla, quién la miró sorprendida.
- Baila conmigo.
- ¿Qué dices Nancy?.
- Anda, baila conmigo...la homenajeada soy yo, así que puedo elegir con quién bailar.
Marla de eclipsó del lugar. Carla y Nancy quedaron solas, frente a frente, porque Santiago también había desaparecido. Carla sonrió...había usado un truco muy obvio para saber si esas miradas de Nancy eran por algo mas que curiosidad, y había resultado. Ahora era ella quién se sentía nerviosa...¿cómo seguía esa historia?.
- Creo que será mejor que vayamos a una mesa....trabajas aquí ¿recuerdas?...y no eres del ambiente. Si bailamos ahora no sería bueno.
- Vayamos a una mesa entonces, pero no bailes con Marla.
Se dirigieron a una mesa cercana y se ubicaron una frente a la otra. La mirada azul de Carla enredada en la mirada verde de Nancy, descubriéndose en otro aspecto. Alguien puso un trago frente a Nancy, quién tomó un sorbo par tomar coraje y decirle.
- Porque tú no eres como Marla, y no me gusta verte con ella.
- ¿Y cómo crees que soy yo?.
- Una mujer tierna...muy dulce....alguien que no esta para el ligue fácil...una mujer con quién quedarse, con quién construir una historia...
Carla estaba halagada oyendo a Nancy...pero preocupada porque estaba tomando demasiado rápido ese trago, que se sumaba a las cervezas que ya traía encima. No se podía confiar en las palabras de una mujer que estaba tomando, era algo que estaba en la tapa del libro...pero era tan bonito oírla. Hacía tanto tiempo que no se expresaban de esa forma sobre su persona. Tenía ganas de acariciar a Nancy, aún olvidando que no era del ambiente, ganas de conquistarla....sin embargo no en esas condiciones, no estando Nancy alcoholizada. Así que decidió hacer lo más correcto.
- Espérame un minuto aquí Nancy...tengo que preguntarle algo a Alicia, y regreso.
Fue hasta la barra donde Alicia y Noemí se afanaban en atender a las clientas, que con el ambiente de fiesta estaban consumiendo mas que de costumbre.
- Alicia...¿sabes donde vive Nancy?.
- No...vino con Santiago, él sabe...
- Pero no lo veo a él....
Recorrieron el lugar con la mirada. Santiago no estaba por ninguna parte. Alicia miró a Carla.
- Pues no sé dónde vive...sabes que no me fijo mucho en esas cosas....mientras me cumplan con el trabajo...
- De acuerdo...es que esta algo alegre y me preocupa como volverá a casa.
- Ah, no te preocupes, sabe cuidarse bien esa niña.
Carla meneo la cabeza y regresó a la mesa. Nancy tenía otro trago delante, y un par de mujeres que no gozaban de la simpatía de Carla dándole conversación. Así que decidió que era hora de ponerle un alto a toda esa historia. Se acercó a la mesa donde estaba Nancy y de un modo muy amable comento.
- Bueno niñas...a volar de aquí.
Las otras se alejaron, conocían lo firme que podía ser Carla si se lo proponía. Carla tomó la mochila de Nancy y le dijo.
- Te llevo a casa...
Cuando Nancy respondió a esta frase con una risita tonta, Carla supo que estaban en problemas. Tomo a Nancy del brazo y le hizo levantarse, saliendo ambas a la calle. La llevó hasta su auto, donde la hizo subir, subió ella, se volvió y le preguntó:
- Anda Nancy, deja de bromear...¿donde vives?.
- No me acuerdo - respondió Nancy entre risitas tontas. Comenzaba a sentirse realmente mal...y se le confundían los pensamientos. Era la primera curda de su vida, y estaba avergonzada que fuera justamente Carla quién la estuviera sacando del Café en ese estado.
Carla meneo la cabeza y encendió el motor del auto. No quedaba otra solución mas que llevarla a su casa...no podía dejarla en la calle en ese estado. En pocos minutos estaban entrando a su departamento, dejó la mochila en la sala y la cargó hasta el dormitorio. Nancy ya venía mas dormida que despierta, riendo y diciendo muchas tonterías.
Hace 6 años
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